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Descubren en una cueva un raro objeto de 4.000 años de antigüedad mencionado 25 veces en la Biblia

Un grupo de arqueólogos ha descubierto un raro objeto es citado varias veces en el Antiguo Testamento de la Biblia. En concreto, los expertos han hallado un tejido de 3.800 años de antigüedad teñido con ‘gusano carmesí’, un tinte que se menciona 25 veces en las Escrituras, en una cueva de Israel, recoge el Daily Mail.

En aquella época, el tinte rojo se creaba a partir de los cadáveres y los huevos de un insecto, que la gente molía para obtener un polvo para colorear las prendas. La tela estaba compuesta por hilos de lana teñidos de rojo, que habían sido tejidos a través de hilos de lino sin teñir para formar un diseño tipo celosía.

La Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) anunció los hallazgos el jueves, después de encontrar el textil de menos de dos centímetros escondido en la Cueva de las Calaveras, en el desierto de Judea.

El ‘gusano escarlata o carmesí’ mencionado en la Biblia es un insecto escama que vive en los robles, siendo la especie principal del mundo antiguo el ‘kermes’.

Las hembras y sus huevos producen ácido carmínico, que le da al tinte su color rojo. La gente recogía los insectos, los rociaba con vinagre, secaba los cadáveres y luego molía los restos hasta convertirlos en un polvo que usaban para teñir telas y prendas de vestir.

“El tono rojo, que va del naranja al rosa y al carmesí, ha tenido un simbolismo e importancia histórica significativos” dicen los arqueólogos en un estudio publicado en la revista revisada por pares Journal of Archaeological Science.

“El color rojo de las cochinillas, que se basa en moléculas como el ácido quermésico o el ácido carmínico, es estable y hermoso, lo que los hace mucho más prestigiosos que las fuentes de colorantes vegetales”, agregan.

El tinte escarlata se conoce como shani o tola’at shani en hebreo (que significa gusano carmesí) y aparece en todo el Antiguo Testamento solo o junto con otros tintes preciosos, incluidos los tintes azul y púrpura de los caracoles marinos.

El color rojo intenso se menciona en el Éxodo un par de veces, específicamente en el capítulo 26, versículo 1: “Harás el tabernáculo de diez cortinas de lino torcido, azul, púrpura y carmesí; y lo harás con querubines de obra primorosa”.

El uso de ‘kermes’ también se menciona en el papiro de Estocolmo, que contiene 154 recetas para teñir, colorear piedras preciosas, limpiar perlas e imitar oro y plata. El manuscrito data de entre el 200 y el 100 a. C. El tinte rojo del ‘kermes’ también se cita en documentos comerciales antiguos, como en tablillas cuneiformes de Mesopotamia, que datan del año 1425 a. C.

Los arqueólogos descubrieron el antiguo textil en Israel, encontrando un material de origen vegetal procedente del sur del Levante que se utilizaba para fabricar las fibras, y los hilos de la trama estaban hechos de lana.

“Se trata de un tejido atigrado con trama en el sistema de trama y 10 hilos por cm en la urdimbre”, se lee en el estudio. Los hilos de trama están dispuestos de forma compacta, mientras que los hilos de urdimbre están más espaciados.

Los hilos de la trama presentaban un color rojo, que estaba tejido entre hilos de urdimbre sin teñir. Los investigadores determinaron los colorantes utilizando el método de análisis de cromatografía líquida de alto rendimiento (HPLC), que separa los compuestos disueltos en una muestra líquida para identificar los componentes de la mezcla.

 

Luego compararon los hallazgos con una base de datos que contiene estándares con componentes químicos conocidos, revelando el ácido quermésico que es secretado por los insectos. El tejido fue datado en la Edad del Bronce Medio (1767-1954 a. C.) mediante análisis de carbono-14.

La doctora Naama Sukenik, del IAA, dijo: “Este método analítico avanzado nos permitió identificar el origen del tinte hasta la especie exacta de insecto. Por tanto, podemos determinar con alta probabilidad que en la antigüedad, el tejido se teñía utilizando una especie de ‘kermes’ bermellón, que produce ácido kermésico, que le da el tono rojo distintivo”.

 

El profesor Zohar Amar, de la Universidad Bar-Ilan, agrega: “El término ‘gusano’ en la antigüedad era un término general para varios insectos y sus etapas de desarrollo”.

“La asociación bíblica de este color con un ser vivo demuestra un conocimiento zoológico impresionante, considerando que las cochinillas hembras carecen de patas y alas, hasta el punto que algunos naturalistas griegos y romanos incluso las confundieron con gránulos vegetales“, prosigue Amar.

“A lo largo de la historia se han utilizado diversas especies de cochinillas para producir tinte rojo. Hasta el día de hoy, en América del Sur, se utiliza otra especie de cochinilla, que vive en ciertas especies de cactus, para teñir textiles”, dice el experto.

A pesar de la gran cantidad de evidencia histórica escrita sobre el uso generalizado del teñido con cochinillas en el mundo antiguo, hasta el día de hoy se han encontrado muy pocos textiles teñidos con cochinillas anteriores al período romano en todo el mundo.

 

“Este importante hallazgo cierra la brecha entre las fuentes escritas y los descubrimientos arqueológicos, aportando pruebas de que la antigua industria del teñido de textiles ya estaba, en esta fase, suficientemente establecida para el teñido con animales”, afirmó Sukenik.

“Este raro tejido es un testimonio de las amplias redes comerciales internacionales que funcionaban ya en esa época e indica la presencia de una sociedad de élite”, concluye.